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¿La casa por el tejado?

Guillermo Gutierrez · 03 / 09 / 2020
¿La casa por el tejado?

Empieza a ser muy habitual en el despacho encontrarnos con la siguiente situación.

Un emprendedor, ha comenzado su actividad tras haber pasado por un engorroso periplo de trámites y situaciones:  búsqueda de Partners, local u oficina, mínima financiación, invención de un nombre atractivo (esto puede llevar meses), registro de dominios, gasto en desarrollo de página Web, gasto en producción de publicidad física o virtual, proveedores,etc…

Es realmente difícil cuantificar el tiempo y el dinero invertido en ello.

El negocio le funciona relativamente bien, está asentándose en el mercado, el nicho comercial es el acertado, se le está reconociendo, comienza el boca a boca, invierte en más publicidad para potenciar su negocio, parece que todo va muy bien, y es entonces cuándo se ve obligado a consultarnos debido a:

1-Ha recibido un burofax requiriéndole que abandone el uso del nombre con el que comercializa, puesto que existe una empresa que tiene en posesión una marca registrada idéntica o similar a la suya para idéntica o similar actividad.

O BIEN….

2-Ha iniciado un trámite de registro de marca, sin el asesoramiento legal oportuno de un despacho especialista, y se encuentra con objeciones de terceros que alegan poseer un registro de marca anterior confundible o idéntico con el nombre escogido para publicitarse y ofrecer servicios.

Obviamente cada caso debe ser estudiado de forma individual, pero a priori tanto si nos encontramos en la opción 1 como en la 2, tenemos muchas probabilidades de vernos obligados a cambiar el nombre que escogimos y que nos identifica en el tráfico comercial. Es en ese momento cuando el afectado asume que todo el dinero y el tiempo invertido pueden desvanecerse.

No es el fin del mundo, pero esa situación es evitable, simplemente antes de comenzar el negocio basándonos en un nombre, debe destinarse una pequeña cantidad de capital a la consecución del registro de marca que utilizaremos, y que posteriomente va a redundar positivamente en nuestra imagen corporativa, el resto…no es un camino de rosas pero al menos nadie nos obligará a dejar de usar el nombre escogido.


FOTO: OBTENIDA DE PIXABAY

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